La orientación es un proceso individualizado, por lo que su duración puede variar según diversos factores como son: las necesidades y motivaciones de la persona orientada, las oportunidades reales que se dan en su entorno, la problemática a tratar…
Por tanto, en función de lo que la persona quiera trabajar, puede realizarse desde una sola sesión puntual o convertirse en un proceso de desarrollo con sesiones recurrentes hasta lograr los objetivos deseados.
La decisión del tipo de acompañamiento necesario es fundamentalmente de la persona que solicita el servicio.