Existen diferentes situaciones o señales que nos pueden indicar que ha llegado el momento de no retrasarlo más y buscar consejo profesional:
- Sientes que estás atravesando una situación difícil y no sabes cómo manejarla.
- Experimentas un malestar emocional intenso y prolongado (por ejemplo, tristeza, ansiedad, ira, miedo, etc.).
- Tus relaciones interpersonales están afectadas (por ejemplo, tienes dificultades para comunicarte o establecer vínculos sanos).
- Te resulta difícil tomar decisiones o resolver problemas.
- Estás experimentando cambios significativos en tu vida (por ejemplo, un divorcio, una mudanza, un cambio de trabajo, etc.).
- Has sufrido una pérdida importante (por ejemplo, la muerte de un ser querido).
- Estás experimentando síntomas físicos (como dolores de cabeza, problemas digestivos, insomnio, etc.) que no tienen una causa médica clara.
- Has experimentado algún tipo de trauma (por ejemplo, abuso, violencia, accidente, etc.).
- Has notado cambios en tu comportamiento (por ejemplo, abuso de sustancias, comportamientos compulsivos, aislamiento social, etc.).
- Estás preocupado/a por tu salud mental y quieres explorar formas de mejorarla.
- Si te identificas con alguna de estas señales o situaciones, es posible que la terapia psicológica te pueda ayudar a mejorar tu bienestar emocional y mental.
Pero RECUERDA que no es necesario tocar fondo o sentir que estás en una crisis profunda para buscar ayuda. La terapia también puede ser útil para prevenir problemas de salud mental y mejorar la calidad de vida.